Iglesia de San Pedro

Por el año 1850 había una mujer llamada Catalina que enviudó de su marido.Ellos vivían en una gran casa en la calle de plaza de San Pedro, al lado de la iglesia homónima.Cuando quedó viuda tuvo que soportar al hermano de su marido, Miguel. Tras las constantes negaciones al matrimonio por parte de la mujer, Miguel ideó un plan para obligarla a contraer matrimonio con él. Un día él decidió colarse en la casa de Catalina con la intención de robarle las escrituras de la propiedad de la casa. En esta época no se registraban la propiedades por lo que la propiedad de una casa se comprobaba dando la escrituras en la mano.Cuando las robó las llevó a la iglesia de San Pedro con la idea de esconderlo allí. Se vió delante del Cristo de los Cuatro Clavos y lo escondió detras de la imagen.

Cuando las escondió fue al juzgado a denunciar a su cuñada con la idea de que cuando se viera deshauciada y desesperada se quisiera casar con él. Se presentó, pues, el juez con dos alguaciles en la casa de Catalina. Tras remover cielo y tierra en busca del título de propiedad, cayó en lágrima viva al verse en tan horrible situación. Cuando los alguaciles se la llevaban al juzgado Catalina les dijo que le dejaran ir a la iglesia de San Pedro, con la intención de que el Cristo de los Cuatro Clavos le hiciera un milagro.

Cuando estaba en frente de la imagen mientras Catalina lloraba desconsoladamente, ésta empezó a ladearse poco a poco. Así pues, el título que previamente Miguel había escondido tras él, cayó al suelo ante la vista de todos. Miguel quedó mudo y, ante el miedo al Altísimo confesó al juez lo que hizo

Queru